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Hay dos mares en Tierra Santa

27 de enero de 2020

Uno, cuya profundidad alcanza algo más de 40 metros, es de agua dulce y abundante en peces. Hermosas plantas adornan sus orillas. Los árboles extienden sus sedientas raíces para beber sus saludables aguas y en sus playas los niños juegan. En su ribera occidental hay una llanura fértil.

En el otro mar, el agua es muy salobre, carece de fauna piscícola, y en el fondo tiene una profundidad de hasta 400 metros ( ca. 800 metros por debajo del nivel del Mediterráneo). En él no hay trazos de vida, ni murmullos de hojas, ni cantos de pájaros ni risas de niños. Los viajeros escogen otra ruta; solamente por urgencia lo cruzan. El aire es espeso sobre sus aguas muy salobres y ningún hombre ni bestia ni ave la beben. Es uno de los pasajes más desolados del mundo.

Los dos mares se alimentan de las aguas del mismo rió: el Jordán.
¿ Qué hace esta gran diferencia entre mares vecinos? No es el rió Jordán. Él lleva la misma agua a los dos. No es el suelo sobre el que están, ni el campo que los rodea. La diferencia es ésta: un mar recibe las aguas del rió Jordán pero no las retiene. Por cada gota de agua que a él llega otra sale. Es el mar de Galilea.
En cambio, el otro mar es un avaro. Guarda su ingreso celosamente. No tiene un generoso impulso. Cada gota que llega allí se queda.

El mar de Galilea da y vive. El otro mar no da nada: lo llaman el mar Muerto.
Serví y vi que el servicio era alegría Di y me di; y vi que el darse es felicidad.

Fuente/Autor: Anónimo

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